Elaborado por: Axel Ortega
En nuestra realidad, es difícil imaginar nuestro día a día sin tecnología. Desde la forma en
que nos comunicamos, nos entretenemos, compramos, reservamos algún hotel, o incluso
cuando adquirimos boletos de avión para nuestro viaje. Hace algunos años, todo esto era
inimaginable; la mayoría de estas actividades se llevaban a cabo de manera tradicional, con
procesos engorrosos, tardados y mucho más costosos que en la actualidad. A esto
debemos sumarle que era difícil optimizarlos y medirlos con el fin de ser más competitivos
en el mercado. En este artículo, exploraremos cómo la tecnología ha revolucionado la forma
en que las empresas gestionan sus procesos y realizan su gestión comercial, en contraste
con la manera en que tradicionalmente lo han hecho a lo largo de los años.
El crecimiento de muchas empresas se atribuye a la manera en que mantienen su
comunicación con los clientes. Actualmente, existen innumerables herramientas que
facilitan el flujo de información entre las partes interesadas. En cuanto a las estrategias de
marketing, se pueden emplear herramientas tecnológicas especializadas para optimizar
campañas dirigidas a un público específico, logrando así una conversión y rendimiento de la
inversión por campaña más efectivos. Una de estas herramientas es Facebook Ads
Manager, que permite la creación, gestión y análisis de campañas de marketing en
Facebook e Instagram. Además, existen herramientas que posibilitan la realización de
comunicaciones masivas a clientes y usuarios a través de SMS o Email Marketing con
información dirigida. El impacto generado por estas herramientas es considerablemente
mayor en comparación con enfoques más tradicionales, que son más costosos y
representan menos conversiones.
Otro elemento crucial que ha cobrado relevancia en los procesos de transformación
actuales está relacionado con la transaccionalidad digital. Los negocios con crecimiento
exponencial han venido desarrollando canales digitales que permiten a sus clientes y
usuarios realizar compras de productos y/o servicios de manera fácil, cómoda y segura,
gracias a la implementación de diversos métodos de pago que se ajustan a las necesidades
de cada usuario. Una de las ventajas destacadas de esta modalidad de negocios es que
permite a la compañía mejorar la eficiencia en cuanto a la facturación, organización de la
logística, así como a los procesos internos relacionados con el registro y seguimiento de las
transacciones. Por otro lado, las empresas más tradicionales incurren en costos más
elevados, ya que, al aumentar la demanda, se ven obligadas a incrementar sus costos
debido a la necesidad de contar con espacios físicos y personal para llevar a cabo las
transacciones de los clientes.
Además, como consecuencia de la disponibilidad de diversas herramientas que permiten
optimizar la forma en que actualmente se llevan a cabo los negocios, se ha generado una
cantidad masiva de datos que requieren ser resguardados y analizados por especialistas
para poder sacar el máximo potencial de los negocios. A través de ellos, las empresas
pueden tomar mejores decisiones basadas en diferentes técnicas de análisis de datos
complejas, traduciéndolas en visualizaciones sencillas que permitan a cualquier persona
dentro de la organización entender la complejidad de los datos en palabras simples.
Simultáneamente, las compañías han optimizado sus procesos de análisis y utilizado
herramientas que les permitan acceder fácilmente a la información, facilitando a los usuarios
comprenderla y utilizarla para tomar decisiones basadas en datos. De esta manera, se
pueden tomar decisiones fundamentadas en datos, reduciendo el riesgo de pérdida de
dinero en las estrategias implementadas, y al mismo tiempo, aumentando los ingresos
mediante la predicción del comportamiento de clientes/usuarios en diversos contextos.
Adicionalmente, la tecnología ha llegado a ser un elemento clave para mejorar los procesos
internos de las organizaciones, permitiendo reducir el tiempo necesario para realizar ciertas
actividades, como la gestión financiera. En la actualidad, muchos procesos están
automatizados, tales como la gestión presupuestaria, la contabilidad, la gestión del crédito y
la cobranza, así como el manejo de activos y pasivos. Gracias a la tecnología, estos
procesos se llevan a cabo en mucho menos tiempo que antes, además de requerir menos
recurso humano, lo que permite a las organizaciones ser más eficientes.
Un ejemplo sobresaliente de cómo la tecnología optimiza la gestión comercial se observa en
la eficiencia y efectividad proporcionadas por los Sistemas de Gestión de Relaciones con el
Cliente (CRM). Los CRMs, como Zoho CRM, posibilitan centralizar la gestión comercial
mediante un software que se ajusta a las necesidades específicas de cada organización.
La mayoría de las organizaciones han adoptado estrategias para implementar exitosamente
diversos proyectos relacionados con la tecnología, adaptándolos a cada tipo de industria
según las necesidades específicas del mercado. Aunque al inicio pueda representar una
inversión significativa, lo cual podría frenar o retrasar el proceso de inversión para empresas
más tradicionales o conservadoras sin mucha experiencia en cambios disruptivos, a
mediano y largo plazo estos cambios podrán rendir frutos valiosos para sus finanzas y
resultados comerciales. Directamente representarán una reducción importante en los
costos, así como un aumento en la productividad y los ingresos de la organización.
Normalmente, cuando empresas pequeñas inician operaciones, cuentan con un
presupuesto reducido para la inversión en tecnología, y lo más común es que en los
primeros años ejecuten procesos internos y la adquisición de clientes de manera tradicional,
lo que con el tiempo limita el crecimiento de la organización. A medida que el mercado
crece y la competencia se vuelve más rigurosa, las empresas deben tomar decisiones
estratégicas clave que les permitan enfrentar la ola de competidores que buscan obtener
una mayor cuota de mercado. En este momento, la tecnología se convierte en el mejor
aliado de las organizaciones, ya que les permite empezar a automatizar procesos para
agilizar la gestión de crédito a sus clientes, lo que facilita su crecimiento y genera mayor
confianza entre sus clientes potenciales.
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En conclusión, la transformación digital ha dejado una marca significativa en la forma en
que las empresas operan y gestionan sus actividades comerciales. Desde la comunicación
con los clientes hasta la gestión interna, la tecnología ha facilitado procesos, optimizado
costos y proporcionado herramientas poderosas para tomar decisiones basadas en datos.
En este entorno dinámico, adoptar y adaptarse a las innovaciones tecnológicas se ha
convertido en una necesidad para las empresas que buscan mantenerse competitivas y
crecer en el mercado actual
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